sábado, 19 de enero de 2013

Fuerte contaminación en Beijing



Los habitantes de Pekín están sufriendo durante las últimas semanas los efectos de una nube contaminante que alcanza a 12 provincias de China y es una de las peores que se registran durante la última década. La alarma saltó durante el último fin de semana cuando el medidor de partículas de la Embajada estadounidense registró un  índice de calidad del aire (AQI en inglés) de 728, más del doble del límite de partículas contaminantes establecido por la Organización Mundial de la Salud como nocivo para la salud. Otras zonas de la capital registran índices de entre 176 y 442. Ante esta situación, el Gobierno de la ciudad decidió anular todas las actividades deportivas al aire libre, tal y como se registra en la normativa cuando el índice excede los 500.
Esta nube contaminante se puede visualizar desde el espacio a través del sensor MODIS, instalado en el satélite Terra de la NASA. La siguiente imagen, en color real, fue captada el 14 de enero de 2013 y en ella se puede observar bruma, nubes bajas y una niebla teñida de gris y amarillo por los contaminantes.

 Foto: NASA


Aunque la contaminación es habitual en las ciudades chinas (16 de las 20 ciudades más contaminadas del mundo están en este país), estas cifras tan inusualmente altas se deben a la conjunción de factores climáticos (falta de viento y alta humedad) con un aumento de emisiones por el uso del carbón para combatir las gélidas temperaturas invernales y la elevada actividad industrial y denso tráfico habituales en la capital china.
Las pequeñas partículas (por debajo de 2,5 µm de diámetro) son las más peligrosas pues están presentes como aerosol en el aire y se introducen en las vías respiratorias, lo que ha producido un aumento de un 20 a 30% de los atenciones hospitalarias por problemas respiratorios.

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