jueves, 24 de enero de 2013

Un invieno con nieve

Nos puede sorprender este mes de enero con tanta nieve (y en cotas bajas) pero no hay que olvidar que estamos en una situación atmosférica que se puede considerar la normal en ésta época del año.

A continuación se pueden visualizar dos imágenes del satélite Meteosat: una del infrarrojo (izquierda) y otra del espectro visible (derecha), correspondientes a las 13 horas del día 23 de enero de 2013:


Observamos una sucesión de frentes que barren el continente europeo de Oeste a Este, impulsados por los vientos del oeste (westerlies) propios de las latitudes medias. La situación atmosférica que propicia esto se refleja en el mapa meteorológico (de isobaras) siguiente:


El anticiclón de las Azores, perteneciente al cinturón anticiclónico subtropical, se encuentra en esta época del año desplazado hacia el sur, por lo que nuestras latitudes quedan expuestas a las borrascas del frente polar. A éstas se encuentran asociados frentes, causantes de precipitaciones de nieve en cotas bajas debido al aire frío que viene del Ártico. Las borrascas procedentes del Oeste y con humedad del Atlántico van sucediéndose unas a otras, prolongándose los cielos cubiertos y las precipitaciones durante semanas. Tal como indica el siguiente mapa significativo:

 
Con el resultado siguiente:
 
 Foto: Carlos Ruiz

 En verano, el anticiclón de las Azores se desplaza hacia nuestras latitudes, desviando las borrascas con sus frentes hacia el norte y resultando el tiempo seco y soleado propio de la estación.
 
La razón por las que nos sorprenden los normales inviernos con nieve es que en los últimos años se ha producido otra situación que, sin ser tan infrecuente, tampoco es la que se puede considerar como normal. Es la situación del anticiclón de bloqueo, como la reflejada en el siguiente mapa:
 

Este anticiclón no deja que entren las borrascas atlánticas y el tiempo es seco, soleado, con inversión térmica (a causa de la gran irradiación nocturna) y formación de nieblas en el fondo de valles y depresiones, o de smog en las ciudades. En este último caso, aumentan los contaminantes por falta de dispersión de las mismas, formándose las características "boinas" como la siguiente en Madrid:
 
 Foto: El País
 

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